Tercer Tiempo
Universitario se consagró campeón del IV Regiones al vencer a Palermo Bajo como local por 10 a 3, en un partido de paridades máximas y defensas impecables. Los cuervos acumularon su segundo título de la temporada, luego de obtener al comienzo de la misma el Pelossi que ellos mismo organizan. El único try del partido lo apoyó el mejor jugador del campeón, Germán Ignacio Millá.No es poca cosa acumular los argumentos que te establecen como el mejor del torneo y el certificado en forma de campeonato que lo acredita. Universitario se consagra campeón por el muy buen andar que tuvo en su trayecto a la gloria, más allá de los 80 minutos de esta tarde, en los que fue superior a su adversario, pero en donde también podría haberlo perdido.
La de hoy fue una final acorde a lo que los pesimistas esperan de ellas. Juego cerrado, cuidadoso, extremando la concentración para no perder el bien más preciado, la pelota, o en el caso de los cordobeses para desprenderse de ella inteligentemente y plantar como bandera de ataque a la presión defensiva. A ese escenario habría que agregarle la intermitente e insoportable garúa que nunca permitió el desarrollo normal del partido, multiplicando por decenas los errores de manejo.
Los únicos dos que no se enteraron de la lluvia y las complicaciones que esta acarreaba fueron Germán Millá, en los santafesinos, y Martín Maineri, en los de la Docta. En parte ellos eran los únicos capaces de llevar algo de riesgo a los ingoales, más allá de lo que pudieran generar los fowards por el eje de las formaciones espontáneas.
Justamente Maineri fue el encargado de aportar un penal para abrir el tanteador. Enseguida, y por la misma vía, igualó Mariano Bianchi. Algunos minutos después al capitán local, Juan Manuel Rivero, se le escapó la pelota de las manos cuando ya estaba encima del ingoal, luego de una muy bien trabajada sucesión de picks a go.
Empatados en 3 se fueron al descanso. Ese resultado permaneció largo rato, reacio a cambiar. Tan así fue que Mariano Bianchi y Maineri desperdiciaron tres oportunidades de desnivelar con el pie (dos y una respectivamente). Los ataques tampoco llegaban a buen puerto, secundariamente por lo complicado que resultaba su desarrollo bajo tales condiciones climáticas y primordialmente por las dos muy buenas defensas que lo impedían.
La parda tenía pinta de querer extender el encuentro hasta el alargue. Sin embargo, siempre hay una impresición en la defensa más perfecta. El “flaco” Millá la intuyó, casi podría decirse que la olió, la anticipó con esa cabeza que va un par de segundos delante del resto. Vio la demora del apertura rival para despejar con el pie en su zona de riesgo. Lo encimó y le tapó el kick. El pique le jugó a favor, lo dejó sólo y tranquilo para apoyar donde a Uni mejor le sienta, en el rincón de la muerte. Allí donde un numeroso grupo de simpatizantes rugía ante la definitoria conquista.
Luego de la conversión efectiva de Bianchi se generó el clima ideal para la última escena de la película, esa que la muta de monótona a emocionante. Esa dónde los cuervos deberían estar en extrema defensa durante los interminables minutos finales. Esa que se hizo rogar inútilmente. Hubo una aproximación de Palermo Bajo, pero fue tan efímera como inofensiva.
Los instantes previos al epílogo justificaron el festejo final. La solvencia defensiva había sido una constante y no despareció cuando más necesaria era. Contra eso nunca pudo el subcampeón. Los nervios de fuera del rectángulo verde se aplacaron hasta desaparecer definitivamente con la ejecución al line del último penal y el pitazo final del impecable Villalba.
Dirigentes, hinchas, parientes, amigos y jugadores de otras divisiones rodeando a los protagonistas. Mediando entre ellos hubo cánticos, gritos y festejos. Todos ellos ahogados por largo rato, ansiados y merecidos. Un regalo a sus hinchas de un equipo que demostró la madurez por la que se lo interrogaba y no pierde de vista que su deber es capitalizar este éxito, para lograr su más esquivo y ansiado objetivo: meterse entre los cuatro mejores de la región.
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